El proceso de
aprendizaje en las instituciones educativas puede ser analizado desde dos
perspectivas:· A partir de los procesos psicológicos que el sujeto pone en
juego para aprender. Con base en un conjunto de mecanismos sociales y
culturales susceptibles de generar condiciones que apoyan el aprendizaje. Estas
dos vertientes se relacionan estrechamente y ofrecen la posibilidad de explicar
e intervenir en el fenómeno educativo, particularmente en los aprendizajes,
desde diversas disciplinas: psicología, sociología, antropología y en general,
las incluidas en el campo de las ciencias de la educación.Las distintas
concepciones del aprendizaje que fundamentan el curriculum en las instituciones
educativas (conductismo, cognoscitivismo, constructivismo, psicología
sociocultural, algunas teorías instruccionales, entre otras) así como las
estrategias de intervención para mejorarlo, expresan la convergencia de
distintas perspectivas y enfoques psicológicos. Sin embargo, es importante
considerar también la influencia del entorno en los procesos educativos y de
socialización, lo cual conlleva a reflexionar sobre el aprendizaje desde un
punto de vista sociológico y antropológico. Factores como los agentes
socializadores (la familia o los medios de comunicación), las condiciones
culturales y económicas (origen social, capital cultural, situación económica),
son condicionantes del éxito o del fracaso de los estudiantes en su trayectoria
educativa, así como en la conformación de actitudes poco favorables hacia el
conocimiento o el proceso educativo.La posibilidad de intervenir en el
mejoramiento del proceso de aprendizaje y, en consecuencia, de los resultados
educativos, requiere del diseño de propuestas educativas sustentadas en
enfoques de naturaleza cognitivo-contextual o sociocognitiva, es decir, en
propuestas que atiendan integralmente al sujeto. En otros términos, se pretende
transitar hacia enfoques y propuestas educativas centradas en el aprendizaje,
considerando las posibilidades y condiciones reales del estudiante.Los
hallazgos de las diferentes corrientes y escuelas acerca del sujeto, de la
forma en que aprende y de los factores que intervienen en el proceso han sido
incorporados por las Ciencias de la Educación para diseñar propuestas
educativas coherentes con tales supuestos. Algunas de sus propuestas, tanto por
el rigor conceptual como por su potencial de intervención se han considerado
como verdaderos paradigmas y, tal como ocurre en otros ámbitos científicos, los
paradigmas se cuestionan, se interpelan, evolucionan y pueden perder vigencia
frente a otros.Cada uno de los paradigmas que tienen una presencia significativa
en el ámbito de la educación, particularmente en cuanto al aprendizaje y a la
enseñanza, han hecho posible el surgimiento de explicaciones y de instrumentos
metodológicos y tecnológicos para abordar tales procesos desde diferentes
dimensiones. Su potencial sin duda es muy importante, pero su participación
aislada o exclusiva no es suficiente. Para que alcancen su justo valor, es
necesaria su articulación con los elementos de otras disciplinas, no solamente
las educativas, sino también con las prácticas específicas de los actores y las
características de los contextos sociales e institucionales.
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